¿Quién es José Salas Subirat?

El traductor del Ulises, escrita por Lucas Petersen y publicada por Sudamericana el agosto pasado, nos abre la puerta y todas las ventanas hacia la vida de este personaje misterioso pero importantísimo en el mundo de la traducción. Ideal para fanáticos de Joyce, y curiosos sin remedio.

Por Morena Fournier

“Las vidas pequeñas son las de la mayoría de los miembros de nuestra raza. En muchas de ellas, muestra Joyce, es posible hallar una épica, una excepcionalidad, una grandeza muda, aunque su sentido se nos escape si no profundizamos en ella”

Una de las cosas interesantes y a la vez perversas que tienen las biografías es la sensación que da de estar revisando los cajones de alguien. Algo así como una adrenalina nacida del terror de ser descubiertx y las ganas de saber más. Las buenas biografías tienen el poder de convertir las historias de vida de la gente en algo que por momentos resulta inverosímil, o será la costumbre de los biógrafos por biografiar personajes míticos. Sea como sea, he aquí la vida de un hombre sencillo. 

Lucas Petersen relata de forma detallada la vida de José Salas Subirat, muy conocido por ser el primero en traducir el Ulises de James Joyce al español, aunque ya se los delata un poco el título. Esto, que se vuelve el camino para atraer al lector curioso, se convierte al final en una parte de la vida de un hombre que vivió muchas vidas. 

Sin embargo, no se trata sólo de eso. Petersen divide la vida de Salas Subirat en cinco partes que no se cortan, sino que se entrecruzan. Queda en evidencia en el índice (la Tercera Parte: Florida [1929-1945] y la Cuarta Parte: La traducción [1940-1952]), pero es a la hora de leerlo que unx se ve envueltx en una historia donde los años se mezclan: para explicar la vida de Salas Subirat, utiliza como eje del recorrido sus escritos. Entonces por momentos, a la hora del análisis crítico que hace de cada obra, pega grandes saltos literarios confusos. Pero vayamos por partes.

Foto tomada de Club de Traductores Literarios


La biografía es ambiciosa. El autor busca abarcar toda la vida de Salas Subirat, desde su árbol genealógico inmigrante hasta sus últimos días. Pareciera que nada quedó afuera del ojo investigador, en casi cuatrocientas páginas de vida. Para esto, como dije un poco más arriba, divide la historia de José Salas Subirat en cinco partes que cubren desde los inicios de la familia en la provincia hasta sus últimos años como maestro y conferencista, junto a las apariciones mediáticas (paralelamente, la historia de la familia de Salas coincide con el desarrollo de la Ciudad de Buenos Aires, que también es por momentos narrado en el libro). 

Sin embargo, a pesar de la meticulosa organización del libro (cuenta al final con las fuentes – dando la pauta del tiempo que lleva Petersen con este proyecto - , la bibliografía de J. S. S. dividida en géneros, y un índice onomástico. Una caricia al alma bibliotecológica y obsesivo compulsiva) Lucas Petersen pega saltos históricos que por momentos marean, dando la pauta de que se necesita un/a lector/a atento para no perderse. En el medio de un capítulo que desarrolla su obra poética, por ejemplo, salta a otra etapa literaria del autor, o recae sobre la obra anterior. 

Pero lo cierto es que la manera en que está contada es lo que más vuelve al libro algo excepcional. Aunque al comienzo me dio sensación de formalidad, pareciera que llegando a la mitad (entre fines de Boedo – Florida – La traducción) se genera una confianza autor-lector mucho más relajada. Sobre todo en La traducción: cuando desglosa las dos traducciones (más bien, traducción y revisión interrumpida) se permite muchas preguntas retóricas y análisis que hasta resultan chistosos, dando lugar a que se rompa el hielo y permita criticar y comprender a la par que lo hace él. Se torna una especie de conversación distendida que no abandona más hasta el final del libro. Por ejemplo acá, donde después de comparar un pedacito de la obra original, la primer traducción y la revisión, Petersen comenta:
"Es difícil reponerse al desconcierto que provoca ese "duendeperdidos" con que corrige su traducción de "folded away". ¿De dónde sale?¿Cómo llega a reemplazar con "reliquia" el "fantasmagóricos" con el que había traducido "phantasmal"? ¿De dónde proviene el "viejo" que se cuela entre "almizcle" y "perfumados"? Es como si el imperativo de Borges de que el traductor de Ulises debía ejercer libertades congéneres a las de Joyce le jugó a Salas una mala pasada" (pág. 286).
Además, a lo largo de la narración empieza a notarse una especie de cariño biógrafo-biografiado, y aunque no le deja pasar una, sabe ser comprensivo con las meteduras de pata de Salas. Este amor aparente le permite a Lucas Petersen hablar hasta de pensamientos o sensaciones que Salas Subirat no siempre deja por escrito. Pareciera que de tanto investigar se generó una confianza, cual si estuvieran ambos vivos a la hora de escribir la biografía. Quizás de leer sus cartas y sus notas al margen, analizarle tanto la vida y la mente, dio lugar a conclusiones geniales, más propias de la reflexión de Petersen sobre Salas Subirat que del mismo Salas Subirat. Casi parece que en la búsqueda de respuesta a una pregunta quizás recurrente  entre los lectores del Ulises traducido por J.S.S. (¿quién es José Salas Subirat? ¿cómo se le ocurrió a este hombre sencillo y perfil bajo traducir una de las obras más difíciles de la literatura en ingles, para colmo irlandesa, con tan pocos conocimientos del idioma?) terminó fascinándose con la vida de un hombre poco apreciado en la historia literaria argentina. De esta búsqueda hay registros online previos a la publicación de la obra, como charlas que brindó el autor rondando la misma temática y que no deben haberse alejado mucho del placer que da leerlo.

"Nunca se permitió ser apenas el traductor de Ulises" (pág. 274)
"Lo quisiera o no, su insolencia de hijo de inmigrantes que aprendió ingles en los márgenes del sistema educativo informal, que jamás pudo hablarlo con fluidez, que mucho menos fue un habitante nativo de la lengua, fue un acto revulsivo aun a su pesar. Un acto contrahegemónico en el más cabal sentido del término, en tanto puso en cuestión que solo los portadores legítimos de la lengua extranjera y de la lengua propia podían traducir un libro así (o podrían traducir a secas)" (pág. 321) 

La forma en que lo narra va tomando tintes poéticos que le dan romanticismo a la vida de un sujeto que, entre novelas poco maduras, poemas con un estilo que no terminaba de tomar forma, y una gran traducción, tuvo un brillo bastante opaco. Lo admira, y en esa admiración, termina admirándolo el o la lector/a. 
Al final, el análisis literario es tan minucioso que no parece necesario ir a las obras originales, pero de tanto hablar de él, la curiosidad pica. 



Y ahora, un consejo pequeño: además de la atención puesta en el libro y el lápiz a mano, te recomiendo releer la introducción una vez que lo termines. Invade una especie de melancolía y sensación de despedida, como quien sabe que deja atrás a un viejo amigo. Aplausos desde Soy Bibliotecario para el primer libro de Lucas Petersen. Un éxito.

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*Citas con permiso del autor.

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