De sereno a protector de libros

Andrés Sepúlveda, encuadernador en la Biblioteca Central Francisco P. Moreno de la Universidad Nacional del Comahue. 





Andrés aprendió encuadernación en la escuela para adultos y se recibió de encuadernador profesional dos años más tarde. Comenzó trabajando de sereno en la Universidad Nacional del Comahue y en la actualidad más de 800 libros por año son restaurados y encuadernados por él.

Era apenas un adolescente cuando descubrió su pasión por los libros, además afirma que siempre le gustó leer, desde muy chico y sin importarle el porte del ejemplar. A pesar de que las exigencias familiares lo apartaron de los libros, nunca dejó de leer.

En 1993 ingresó como sereno en el Polideportivo de la Universidad Nacional del Comahue y tres años más tarde fue trasladado a la Facultad de Humanidades. Un tiempo más tarde lo mandaron a la biblioteca y se quedó fascinado, y al ver que ésta no contaba con alguien que realizara la tarea de encuadernación, redactó un proyecto y se lo presentó a la directora.

En 2003 la iniciativa de Andrés fue aprobada y fue designado encuadernador de la biblioteca, la cual cuenta con casi 80.000 libros.

Este hombre de 55 años llega pasadas las 7 A.M. a su puesto de trabajo, en el subsuelo de la Biblioteca Central de la Universidad, donde se despliegan gruesos volúmenes maltratados y devastados por el tiempo, que esperan su dedicación y prolijidad.

A la hora de definir su trabajo, asegura que es un oficio solitario, "como el del escritor, que necesita la soledad para escribir".

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