Las llaves del reino, de Eduardo Sacheri

"Eso es lo que logra Sacheri: contar no el fútbol, que a fin de cuentas es un pretexto como otro cualquiera, sino el poder irresistible de la pasión humana." Gentileza de Penguin Random House.

Por: Rodrigo Lastreto

Título: Las llaves del reino
Autor: Eduardo Sacheri
Precio con IVA: $199,00
Sello: ALFAGUARA
Fecha publicación: 06/2015
Tipo de edición: RÚSTICA
Páginas: 192
Medidas: 15 X 24 mm
ISBN: 9789877380767
EAN: 9789877380767
Idioma: Español
Colección: Hispánica

Sinopsis: "Eso es lo que logra Sacheri: contar no el fútbol, que a fin de cuentas es un pretexto como otro cualquiera, sino el poder irresistible de la pasión humana." Incitatus, revista Tiempo.

Historias sucedidas en la cancha, en el barrio o en las ciudades más lejanas; opiniones, diatribas, crónicas o casi cuentos, estos artículos de Eduardo Sacheri aparecieron en la revista El Gráfico entre 2011 y 2013.

Un padre y un hijo comparten por medio de mensajes de texto el sufrimiento por la probable derrota de su equipo pero tendrán una dulce revancha, un chico de vida difícil encuentra una salida en el amor a su cuadro y lo deja por escrito, una profesora de piano pierde un alumno puesto a elegir entre el teclado y la pelota, un país se distrae con festejos mientras manda a sus hijos a morir. Con emoción, con humor, con lucidez y con empatía, Sacheri se acerca al lector y le entrega una vez más las llaves de un reino donde el fútbol es pasión, aprendizaje, escudo y excusa. Para vivir en el juego y jugar en la vida.

RESEÑA:

Porqué cuando leo un cuento de Eduardo Sacheri se me pone la piel de gallina. Porqué me dan ganas de reír y de llorar al mismo tiempo. ¿Por qué?

Respuestas, pueden haber muchas, pero solo hay una que creo que es la correcta: "él ama y siente el fútbol como yo". Con una pequeña y gran diferencia: Sacheri puede expresarlo en palabras y yo me conformo con leerlo y decir "es verdad, eso también me pasó a mí".

Una de las cosas que me atrajo de este libro es que fui un lector y coleccionista de El Gráfico por varios años. Allá por la década del ´80 y hasta mediados de los ´90. Para los que lo recuerdan bien, cómo esperábamos el día martes para ir corriendo al kiosko de revista a comprarlo. En El Gráfico estaban las últimas novedades, temas que no se leían en otros lados. Obvio, no era la época de las redes sociales ni los diarios en Internet. El Gráfico era la Biblia del fútbol, todo lo importante pasaba por sus páginas.

Y en este juego de las coincidencias que encontré cuando leí Las llaves del reino, me encantó el cuento "Aviones en el cielo" y ese legado que le dejamos a nuestros hijos. Esa pasión que su papá le trasmitió por Independiente, a mí me la dejó mi viejo pero por Boca... Y así, sin pensarlo porque la vida se da de esta manera, ambos se las trasmitimos a nuestros hijos. ¡Pobrecitos! que mochila pesada que les dejamos... Amor, alegrías, tristezas, broncas, festejos, cuántas sensaciones van a vivir, pero seamos sinceros, apartémonos un momento de esta pasión y veamos la realidad, van a ser más las derrotas que las victorias... Pero que importa eso, si cuando llegan son increíbles, casi que no se pueden explicar con palabras. Perdón, yo no podría pero Sacheri sí lo hace y ¡cómo! 

Y siguiendo con las coincidencias, una de las historias que más me llegó fue "La mejor de mi vida", porque yo también tuve la mejor "atajada de mi vida". La tuya (la de Eduardo Sacheri) fue con mano cambiada, sobre el ángulo superior izquierdo, una tarde de 1985... La mía fue un año antes, en 1984, y ocurrió en el ángulo superior derecho. El remate del delantero rival salió como un misil y yo volé un segundo tarde, la puntas de mis dedos se encontraron con la pelota en el aire y no llegué a desviarla del todo, la fuerza solo me alcanzó para que el balón diera en la parte interior del palo y volviera raudamente al medio del arco mientras yo iba cayendo. Y ahí sucedió el milagro... cuando la pelota iba a ingresar al arco me quedó justo a la altura de mi pie y ¡sí!, mientras caía al suelo le metí un tacazo y alejé el peligro. Mis compañeros me abrazaban y nuestra hinchada no paraba de gritar... Fueron mis cinco segundos de fama. Lamentablemente, después perdimos esa final, le dije adiós al arco y comencé a jugar de delantero (preferí ir a hacer goles a que me los hagan), pero esa ya es otra historia.

Historias como la que contas del ex combatiente de Malvinas, que se te acercó mientras tomabas un café en un bar. Te dijo que había jugado en River y la rompió. Cuánto de realidad y cuánto de ficción... Qué importa si es verdad, si la historia sirve o no. Sacheri le pone música a las palabras y sea cierta o no... vale la pena leerla.

Estos cuentos, crónicas, columnas de opinión o pequeñas historias que Sacheri nos regala en Las llaves del reino están cargados de su magia. Se las recomiendo de la primera a la última. Estoy seguro, que muchos de ustedes se verán reflejados en estos relatos. Después me cuentan, ya verán que tengo razón...

Y aunque la vida esté llena de coincidencia, seguramente, yo nunca escriba un cuento como Sacheri. En este punto nunca vamos a coincidir. Simplemente, porque él nació con ese don y yo no. Por el momento, disfruto leyéndolo y con eso me alcanza y soy feliz. 

SOBRE EL AUTOR:

Eduardo Sacheri nació en Buenos Aires en 1967. Profesor y licenciado en Historia, guionista y escritor, publicó los libros de relatos Esperándolo a Tito (2000; Alfaguara, 2015), Te conozco, Mendizábal (2001), Lo raro empezó después (2004), Un viejo que se pone de pie (2007), Los dueños del mundo (Alfaguara, 2012) y La vida que pensamos (Alfaguara, 2013); y las novelas La pregunta de sus ojos (2005; Alfaguara, 2009), Aráoz y la verdad (Alfaguara, 2008), Papeles en el viento (Alfaguara, 2011) y Ser feliz era esto (Alfaguara, 2014).

La pregunta de sus ojos fue llevada al cine por Juan José Campanella, con el nombre El secreto de sus ojos, film distinguido con numerosos premios -entre ellos el Oscar a la mejor película extranjera (2010)- y cuyo guión estuvo a cargo de Sacheri y Campanella.

Aráoz y la verdad fue adaptada al teatro. Papeles en el viento fue filmada por Juan Taratuto. Su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas. Colabora en diarios y revistas nacionales e internacionales.

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